domingo, 20 de marzo de 2011

Michel Foucault, La verdad y las formas jurídicas.

El objetivo de este artículo es hacer algunas consideraciones acerca de las cinco conferencias pronunciadas por Michel Foucault en la Pontificia Universidad Católica de Rio de Janeiro entre el 21 y el 25 de mayo de 1973, mismas que darían pauta para su posterior recopilación, en la obra conocida como La verdad y las formas jurídicas.
  
Primera conferencia, El conocimiento y Nietzsche.
En esta primera conferencia, Foucault nos explica como el conocimiento es una fabricación humana, no es algo que venga o este en él mismo. El ser humano utiliza el conocimiento para apropiarse del medio que lo rodea, de la naturaleza, sin embargo también es importante señalar que a la naturaleza no le importa si se le conoce o no, esta seguirá siendo la misma, con su ir y venir desordenado, así está bien para la naturaleza, prácticamente le da lo mismo que el hombre se ocupe o no de conocerla. Por otro lado, es importante y hasta enigmático, o más bien extraño, como Nietzsche, sin querer, crea una Teoría del conocimiento y puede dar pasos en los cimientos de esta, al dar una explicación, totalmente diferente a la concepción del conocimiento. Decir que este se da, no por un acercamiento o apropiamiento de un objeto por parte del sujeto, sino de una lucha descarnada entre las pasiones y el odio. Decir que el conocimiento es el resultado de una lucha de poder entre dos espadas. Que el conocimiento son las chispas que se liberan de la lucha, es impresionante, una perspectiva totalmente diferente, que no es errónea, solo diferente. Habría que recordar que el conocimiento es relativo, no es la misma percepción.
Segunda conferencia, Edipo y las relaciones de poder.

Foucault sorprende al tomar lo que para algunos, me incluyo, representa solo una lectura de secundaria, una tragedia griega. Es interesante leer como explica primero, como Edipo representa el poder de un tirano, es decir, solo importa tener el poder el mayor tiempo posible para seguir obteniendo beneficios del mismo, no importa la ley divina, no importan las leyes humanas, importa solo lo que el rey diga, porque solo él puede tener esa atribución. En Edipo vemos, explica Focault, un Edipo encargado de hacer hasta lo imposible por detentar el poder, todo tiene que ver con esto. Por otro lado resulta interesante la conclusión que hace el autor, al señalar que el poder político no está ausente del saber, al contrario, el poder político puede resultar inclusive que éste utiliza a aquel para sus propios fines, más aun que la propia ignorancia.

Tercera conferencia, Mecanismos de estatización del poder.

En esta tercera conferencia Foucault, nos lleva primero de las antiguas formas de proceso jurídico en la antigua Grecia al periodo del alto medioevo y que finalmente servirá para dar paso al conocimiento renacentista y obviamente al continuo desarrollo de las etapas procesales. Desde la verdad empeñada por los dioses olímpicos y los sabios videntes, pasando por el testigo ocular encarnado en el viejo pastor edipico, Foucault nos muestra como la carga de la prueba ha pasado por periodos tan obscuros, como ahogar a una persona para saber si decía la verdad (ya para que) hasta la creación de nuevas figuras procesales, el procurador. Esta figura resulta interesante, ya que representa los intereses del monarca, no de la sociedad medieval. Es decir, el monarca tiene el poder, pero no puede asistir o representarse a sí mismo en cada asunto, por ello nombra a esta persona para que lo haga por él, argumentando que un daño a un habitante de su comunidad es un daño al monarca en persona. De cualquier manera nos encontramos ante, una forma más de detención del poder. Poder para mantener controlada a la población. 
Cuarta conferencia, La Sociedad disciplinaria.
En la conferencia anterior Foucault nos mostró cuales fueron los mecanismos y efectos de la estatización del poder en el medioevo. En esta cuarta conferencia retoma la figura de la indagación como mecanismo para la búsqueda de la verdad, solo para dar paso a otra figura conocida como examen. El estado se ocupa de crear figuras para el control social, político, cultural, etc. De la sociedad. El autor asegura y estamos de acuerdo en ello, que es debido a la industrialización, que las estructuras sociales se van transformando. Algunos teóricos plantearon posibilidades para castigar a quien se atrevía a romper con ese contrato social: el destierro, la burla pública, la difamación, los trabajos forzados, la ley del Talión. Resulta interesante saber que la prisión, tal como la conocemos, no estaba contemplada como corrección de un ilícito y mucho menos como castigo, es decir, como compurgación de una pena, sino como algo accesorio, secundario. Las personas que no eran asesinadas, desterradas o mandadas al trabajo forzado, acababan en la prisión, por un tiempo que nadie determinaba, solo la creencia de que comprendiera que había cometido un error.
Quinta conferencia
Como las lecturas anteriores, esta lectura de la 5ta conferencia de Foucault resulta bastante interesante. Interesante no solo en el sentido de apreciar estudiar un cierto objeto de estudio desde una perspectiva totalmente diferente, que no solo por ese solo hecho es incoherente o incorrecta. Por el contrario resulta “productivo”, en los términos del proceso de producción, ver desde otro punto de vista, situaciones que hemos estudiado con un enfoque meramente jurídico si bien fue hecho o que de plano han escapado a nuestro leal saber y entender, como en caso de la lectura de Edipo y las consideraciones no solo épicas o míticas, sino aquellas que Foucault impregna en sus conferencias como la histórica al explicar los orígenes del poder judicial, la indagación y el examen. En esta última lectura, el autor queda claro al enunciar que el trabajo no es en absoluto la esencia concreta del hombre o la existencia del hombre en forma concreta. Explica como el proceso productivo ha encontrado en la explotación humana su valor más preciado. Desde los largos confinamientos con fines productivos hasta las formas más actuales y modernas de trabajo, el fin sigue siendo el mismo, hacer girar la rueda productiva a favor de los intereses creados, ya sean económicos o políticos. Y aquí el saber es importante, porque poder y saber hace una combinación fatal, pero no todos tienen acceso a ellos. Y los que lo tienen, no lo dejaran ir tan fácil.

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