lunes, 16 de mayo de 2011

El método 6, Ética de la Ética, 2da Parte.


En el artículo anterior, analizamos como Edgar Morin establecía como necesaria una vuelta a la religación entre individuo-sociedad-especie, para tratar de volver a las fuentes éticas con la intención de regenerar el bucle ya mencionado. En este artículo, revisaremos el pensamiento de Morin en cuanto a la ética, ciencia y política y la autoética.
Morin nos explica como en los siglos XX y XXI, el destino de la sociedad esta dictado desde una tecnociencia, ya que todo gira en torno a su evolución y aplicación a la vida diaria. Desde el siglo XVII, la ciencia construyo de manera autónoma su postulado de objetividad, conocer por conocer, sin importar las repercusiones morales, políticas o religiosas. Actualmente este postulado, ha venido a traer una incesante omnipresencia de la ciencia en todos los ámbitos, con una fuerza tal, que, esta misma, no ha logrado controlar. Solo una posible catástrofe nuclear y/o ecológica ha conseguido que un número mínimo de científicos, estén preocupados por el quehacer de la tecnociencia. Para Morin, la hiperespecialización, es una de las causas que nos ha llevado a estar donde nos encontramos. La hiperespecialización consiste en la perdida de la visión interdisciplinaria, al abocar el conocimiento, en una sola rama. El ser humano debe ocuparse en ser multidisciplinario, haciendo que confluyan conocimientos de diversas materias. Hacer posible un conocimiento global.
Afortunadamente, los científicos evolucionan, por tanto la ciencia también. Nos encontramos en tránsito, hacia una ciencia que reagrupa el cosmos, la naturaleza y la tierra misma, contribuyendo a la formación y desarrollo de un pensamiento científico complejo. Sin embargo, no es tiempo de cantar victoria. El hombre mismo se ha visto en la necesidad de replantear su existencia, dados los avances en cuanto al genoma humano y clonación. Prácticamente, los padres de hoy, pueden comprar por catálogo, los rasgos, características y aptitudes de sus hijos, luego entonces, ¿no se podrán crear seres humanos destinados a tal o cual tarea exclusivamente? Como por ejemplo para ser solo peones. Nos encontramos ante una nueva frontera del conocimiento científico y humano, solo que deberemos escoger como utilizar tales conocimientos, ya que siempre, estos han sido y seguirán siendo utilizados para hacer el bien y/o, el mal.
En cuanto a la ética y la política, Morin nos dice que existe una relación complementaria, concurrente y antagonista entre ellas, ya que la ética necesita de estrategias (políticas) por, y en su finalidad; en tanto que la política, necesita de medios y finalidades éticas. Existe una dialógica entre ellas, que hace la relación conlleve dificultad, incertidumbre y contradicción.
La incertidumbre ética en la política, se observa mediante la ecología de la acción, en donde el accionar humano se ve enfrentado y frenado por un complejo juego de intereses de toda índole, como la pérdida del porvenir; no sabemos hacia dónde vamos. También existe la contradicción ético-política, entre la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad, traduciendose en oportunismo irresponsable.
Otra incertidumbre-contradicción, es la que se da en la antinomia realismo-ética, realismo-utopía, “una ética de principio que no puede engranarse en la realidad deviene en angelismo, pero un realismo político sin principios que acepte todos los hechos consumados deviene en cinismo”[1], por tanto, la revaloración de la libertad y la justicia, se torna en absurda e imposible para la política, así como la desaparición del hambre y la miseria del planeta, o la inexistencia de la guerra y el establecimiento de una sociedad-mundo.
Morin explica que actualmente estamos sumergidos en una barbarie humana y solo podremos y evitaremos volver a ella, borrando de la historia las pocas y nulas oportunidades y acciones que hemos implementado para cambiar; además de que la política adopte y aplique el saberse indefensa ante lo desconocido del mundo futuro, que apueste estratégicamente y con base en un conocimiento pertinente, con la intención de reformar las relaciones humanas. Planificar, comprender.
Si las relaciones entre ética y ciencia o entre ética y política, son difíciles, la ética individual conlleva responsabilidades importantes. Para Morin, la autoética es una emergencia[2], que aparece en condiciones históricas de cambio y adaptación, y que actualmente hace verse al individuo a sí mismo, como individuo y como miembro social. La autoética tiene fundamentos de carácter psicoafectivas, antropológicas, sociológicas y culturales, que ayudan al individuo a tomar decisiones respecto de si, y su comunidad.
La autoética conlleva un autoexamen, entendiéndose como la capacidad de introspección, autoobservación. Una autocrítica; reconocer el autoengaño y la autojustificación para combatirlas, utilizando la cultura psíquica, que nos anima a no tener prejuicios y observar al mundo, al prójimo como lo que son. Una ética del honor, es decir, ser legales y leales; dignos, honorables. Una ética de la responsabilidad, como la consciencia de tú responsabilidad, adoptada desde un punto de vista autónomo, independiente pero solidaria.
Todas estas características de la autoética, puestas en marcha, dice Morin, habrán de conducirnos a un mayor alejamiento de nuestra barbarie humana. El ser humano actual como ya hemos señalado, se ha ocupado más de su exterior, que de su interior, debemos ocuparnos en volver a las fuentes del altruismo y la solidaridad humana.
Si el ser humano es único e irrepetible, entonces también lleva dentro de si características únicas. Sin embargo, los seres humanos comparten una doble visión, una egocéntrica y otra altruista. El diabolus, el diablo, es el que se encarga de separar al ser humano de sus semejantes. Podemos encontrar, ciertos mecanismos que harán fecundar el amor en el individuo: la exclusión de la exclusión, es decir, no separar a nadie de la humanidad; el respeto al prójimo, como la cortesía, civilidad; la ética de la tolerancia, respetar la expresión de ideas opuestas; la ética de libertad, posibilidades de elección-interna y ejecución-externa; la ética de la fidelidad a la amistad, aquel vinculo cuasi-sagrado que supera barreras de intereses o ideológicos; la ética del amor, Morin nos dice que existe mucho del mal amor, aquel que somete y jerarquiza, celoso y autodestructivo, por tanto, debemos ocuparnos en hacer crecer un amor libre y entre iguales, un amor que nos brinde experiencias inolvidables, un amor en expansión que termine por religar al ser humano, consigo y con su especie.
Así como el mal amor, ocasiona rupturas en lugar de uniones, la incomprensión ética, establece distancia entre sujetos, familias, sociedades, religiones, en todo. La incomprensión suscita malos entendidos, que pueden traducirse en fanatismos y dogmatismos, produce la voluntad de hacer daño. Para combatir la incomprensión, es necesaria una buena dosis de comprensión. Morin, advierte tres clases de comprensión, una objetiva (datos estructurados que proporcionan causas y determinaciones), una subjetiva (sujeto a sujeto, sentimientos, motivaciones, alegrías, sufrimientos y desgracias), y una compleja (engloba conocimientos objetivos y subjetivos, es multidimensional, capta en conjunto). Es decir, la incomprensión pone barreras de conocimiento y aceptación humana, la comprensión, permite un mejor acercamiento entre sujetos y sociedades, ya que se conocen con sus virtudes y defectos, se aceptan como son, en todo su contexto.
Hasta aquí, hemos tratado de explicar la autoética en el pensamiento de Morin. En un tercer y último artículo, abordaremos la socioética y la antropoética, conceptos finales en la obra de El método 6 de Edgar Morin.


[1] Morin, Edgar, El método 6, Edit. Cátedra, España, 2004, pp. 92.
[2] Ibidem, pp. 231, vocabulario. “Las emergencias son propiedades o cualidades surgidas de la organización de los elementos o constituyentes diversos asociados en un todo…son cualidades superiores surgidas de la complejidad organizadora”

1 comentario:

  1. Excelente artículo sobre la autoética; me llevo que requerimos de comprender, ser abiertos para así expandir nuestro conocimiento en fuentes de otra creencia diferente a la que tenemos.

    Saludos cordiales.

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