¿Alguna vez se han encontrado en una situación en la que tenemos tantas y tan variadas ideas en la cabeza, y no hayamos como expresarlas de una manera más fluida y organizada? Definitivamente creo que nadie escapa a esta suposición. Pero, y que tal si en lugar de expresar nuestras ideas, nos toca estar del otro lado de la comunicación, es decir, escuchando y por más que tratemos de organizar y entender lo que alguien nos esté explicando, solo nos quedamos mirando cómo van y vienen las palabras. Creo que también nos ha pasado en algún momento. Pues bien, parte del gran legado que nos dejó la antigua Grecia, nos pueden servir no solo para ayudarnos a recibir y transmitir información, sino también para la generación de nuevos conceptos, nuevas ideas, nuevo conocimiento, estas son las operaciones mentales.
Las operaciones mentales o conceptuadoras, son operaciones lógicas que se hacen con base en conceptos que a su vez darán como resultado la generación de otros más. Son mentales, porque las realizamos a nivel interno, mental, al recibir-identificar-decodificar-codificar-transmitir cierta información. Es algo que hacemos todos los días, cuando conocemos una nueva palabra, un nuevo objeto, cuando tomamos una determinada decisión de un abanico de posibilidades, cuando sopesamos cierta información. Eso son las operaciones mentales. Bueno ¿y cuáles son? Pues básicamente son tres, sin embargo algunos autores, nunca falta el que no esté de acuerdo, dicen que son cinco. Estas son: la descripción, la definición, la división, la clasificación y la ordenación. Para efectos prácticos revisemos las operaciones más básicas.
La definición, es una operación lógica, mediante la cual delimitamos los alcances de un término así como su significado. Existen diversas clasificaciones para las definiciones, sin embargo solo señalaremos una tradicional, que las clasifica en dos grupos: nominales y reales. En las primeras, la definición recae sobre el término que se utiliza para denominar un concepto y estas pueden ser etimológicas (origen de la raíz, es decir, del termino), sinonímicas (sustitución de objetos complejos o poco comunes por uno de uso cotidiano) y genéticas (se establece la evolución de un término). En las reales, la definición recae sobre el objeto mismo: género próximo, diferencia específica. El género próximo lo podemos entender como el universo o el con junto del cual forma parte el objeto, en tanto que la diferencia específica, es aquello que lo distingue de ese grupo. Apliquémoslo al término aire:
Genero próximo: gases, diferencia especifica: compuesto principalmente de oxígeno y nitrógeno.
En cuanto a la división, podemos señalar que tiene como propósito, separar el todo en partes. Estas, deben contener todo el universo del concepto, una parte no puede contener otra, no deben mezclarse elementos y debe realizarse de manera ordenada: Norteamérica: Canadá, E.U., México.
La clasificación, agrupa serialmente elementos coordinados y que respecto a otro tienen una relación subordinada. Valdría la pena aclarar que a diferencia de la división, donde solo se divide un todo en partes, la clasificación lo hace atendiendo a un criterio clasificador, exhaustivo y excluyente:
Personas que leen este blog, supongamos que son 100. Los podríamos clasificar de acuerdo al sexo, rangos de edades, escolaridad, etc.
Para finalizar y en atención a los comentarios enunciados al principio, podemos asegurar que, si realizamos de manera consiente y constante, estas operaciones mentales, en nuestro día a día, definitivamente nos ayudaran a dar y recibir diversa clase de información de manera más precisa. Es menester señalar, que si bien es cierto, conocemos, en parte, el significado de tal o cual palabra, es al momento de expresar dicho significado, cuando más cuesta decir lo que pensamos, lo tenemos en la punta de la lengua, pero no lo decimos, o lo decimos mal. Claramente podemos ver, como estas operaciones mentales nos pueden ayudar a expresarnos y razonar mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario